
¿Cómo que no hay herramientas para tomar las riendas de tu vida y ver qué hay que modificar para dejar de quejarte? Las elecciones que tomaste en tu pasado construyen tu presente.
Habíamos empezado a conversar sobre alimentación. ¿Es necesario ingerir alimentos cada dos horas? ¿Son necesarias harinas y azúcares que, si bien son riquísimas, al rato de ingerirlas comienzan los contratiempos tanto con el físico como con la sensación de “fracaso”? Beber agua es la fuente más natural que el ser humano tiene. Esa sensación de querer comerlo todo, se soluciona, bebiendo un vaso de agua natural en invierno y algo fresca en verano.
Que tengo tal o cual cosa y no me controlo porque no tengo tiempo. Es una excusa. ¿Cómo comían en las tribus los cazadores de principio de la humanidad?. Comían cuando cazaban. Podría pasar tiempo hasta que esto sucediera. El cuerpo se acostumbra. Sería conveniente que buscaras algo sobre dieta INTERMITENTE, si deseas adelgazar o sanar esos desórdenes que generan el azúcar y las harinas. Y no se salva nadie aquí. También las harinas negras. Se puede comer dos veces al día. Si, se puede. Si te propones tomar líquido en verano es muy probable que tu cuerpo haga un viro y sólo ingieras alimentos dos veces al día. ¿Qué tipo de alimentos? Si comienzas con estar bien hidratado sería conveniente que al principio descartes las frutas crudas, hiervas las verduras que ingieres y evites de cualquier modo el alcohol.
¿Qué es muy difícil? Puede ser, pero más difícil es sentirte mal y que tu carácter de persona joven sea más agrio que alguien que ha vivido una serie de inconvenientes en su vida y sin embargo no escuchas ninguna queja.
¿Qué es cara la dieta? Prepara tu huerta, inclínate por lo más natural, verduras, hierve todo, nada más exquisito que un caldo frío en verano, una ensalada de lo que elijas, calabazas, zapallitos, berenjenas, o lo que más te guste. Si te irritan las verduras que sean al principio cocidas.
Ayuda a tu dieta con vitaminas como ser Omega 3. Prepara tu botiquín natural. El tomillo con limón y algo de miel, si no tienes diabetes, alivia los dolores de garganta y la faringitis. Caminar quince o veinte minutos por día es la bandera soberana.
Evitá las carnes rojas o limitálas a una o dos veces por semana. La pizza por un tiempo que quede en el estante. Camina. Es la mejor farmacia. Aprovechá las mañanas frescas y camina. Trata de tomarte unos minutos cada día y trata de concentrarte en ti, ¿cómo? Cierra los ojos, respira sólo por nariz inhalando y exhalando siempre por nariz nunca por boca. Busca un lugar aislado, cierra los ojos y déjate estar con tus pensamientos. Deja tu mente en blanco, al principio cuesta pero luego sale solo.
¿Qué es difícil? Por supuesto. Al principio cuesta, luego extrañarás ese estar contigo mismo/a. No te olvides. Los cambios comienzan en uno finalizan en uno y es uno responsable de sus dolencias. Torsiona cada día tu cuerpo. ¿Cómo? Despacio, lentamente, como si fueras un yogui experimentado.
Parados siempre cerca de una silla o una mesa, por si pierdes equilibrio, con los pies separados doble ancho de cadera, rotas el pie derecho hacia afuera y flexionas. Luego del otro lado. Es la mejor manera de estirarse y darle fuerza a tus músculos. Pero nada sustituirá la caminata. En verano si se puede junto al mar, camina diez minutos descalza/o.
Dejá tu mente en blanco antes de dormir. No te enchufes a la tv antes de emprender el viaje del sueño. Usá una mezcla de tilo y manzanilla después de la cena. Nada más reparador que un buen té para conciliar el sueño.
Prueba una semana de ser como un monje tibetano. No esperes el fin de semana para pegarte el atracón con la excusa de que “el lunes sin falta comienzo” esa es la mentira de los débiles. Seguimos la próxima si te gusta y está la posibilidad de que se responda alguna duda. Un saludo y buen fin de semana a todos.