
El cardenal Joao Braz de Aviz, brasileño, a cargo de la Congragación vaticana que se ocupa de los religiosos, decía refriéndose al papa Francisco: “a veces tan cercano que me olvido que es el papa”.
Algo parecido es lo que dice el famoso director de cine Wenders que nos ha dado importantes películas y ahora una que lamentablemente, no se ha exhibido en el país.
Se trata de “Pape Francis, a man of his cord” que quiere decir “un hombre de palabra”.
Hablo con el papa de consumismo, ecología, justicia y pobreza y dijo: “es la persona más valiente, intrépida, humilde y amable que he conocido”… “un verdadero líder mundial que habla con toda la autoridad de un hombre que practica lo que predica, un hombre capaz de presentarnos la brújula moral que nuestros políticos parecen haber perdido”.
Palabras que parecen dichas para nosotros que estamos asistiendo a una solapada campaña en su contra tal como denunciaba el presidente del episcopado.
Es lamentable como los medios dominantes han reducido la óptica a los problemas, nacionales para colmo, enfocados desde un solo pensamiento dominante.
Wenders es un director reconocido por su trayectoria en la cual se destacan películas de la envergadura de “Paris-Texas” y “Las alas del deseo”.
Confiesa que “algunas veces piensa que su tema principal son los buscadores, la gente que está buscando, tratando de encontrar a su papel en la vida, buscando el amor, buscando, buscando”…
Practicar lo que se predica
Nacido en Dusseldorf en 1945 ene l seno de una familia católica y se inicio el sacerdocio como una de sus posibles opciones, Confiesa, con todo, que ya no es católico sino, más bien, un cristiano ecuménico que trata de superar esas distinciones y ver lo mejor de todas las denominaciones cristianas y el papa representa eso para mí”.
El crítico de cine de la revista española “Vida nueva” J. L. Celada dice que “frente a la cámara de Wenders este “apóstol de la oreja” (así lo llama al papa) encandila con su mirada hasta atrapar al espectador sin distinción de credos. Francisco se sincera con su habitual desparpajo, y sin perder la sonrisa, sobre temas de tanto calado como la necesaria “ternura espiritual” del sacerdote, el sufrimiento del inocente y la apuesta de Dios al “juego de la libertad” o la importancia de reconciliarse con la propia muerte”.
La película parte de la figura de Francisco de Asís. En blanco y negro va perfilando momentos de la vida del santo que relaciona con palabras de los discursos del papa: dice “desde la Curia a la O.N.U., de una favela de Rio de Janeiro a los suburbios de Nápoles, de cardenales a políticos, a abrir su corazón a un grupo de niños, de presos o de refugiados”.
¿La libertad en extinción?
Más allá de la importancia de este contacto del papa con director de cine es una muestra de las innumerables personalidades de todos los ámbitos que se han encontrado con él. En las declaraciones que formula a Francia Fernández el 23 de diciembre nos permite ahondar en otros aspectos.
Así Wenders lamenta la falta de reflexión que se da en el cine actual. También lo hace sobre el silencio y dice: “hay que luchar por el ya que hace que el espectador se concentre en lo que ve. La tecnología va en sentido contrario y contribuye a que cada vez más ruidoso. Además de vivir en un mundo ruidoso y tener que luchar por el silencio también en el cine me preocupa la verdad, ya que se está convirtiendo en una especie en peligro de extinción, algo que afecta no solo a los animales, las plantas, el aire, el agua. La libertad, la igualdad, la fraternidad eran prioritarias, ahora no lo son y asistimos al regreso de las ideas fascistas y nacionalistas en todo el planeta”.
Valioso testimonio de este genial director que habla con respeto del cine argentino y dice apreciar el trabajo de directores como Pablo Trapero, Lucrecia Martel y Juan José Campanella. Y, aun mas, porque nació en los finales de la guerra mundial. Confiesa que imaginaba que las ruinas de Dusseldorf, convertidos en escombros, que eran su paisaje cotidiano le hacían pensar que todo el mundo era así sin imaginar que lejos había otro mundo”.
El necho de que la película “Francisco, un hombre de palabra” no haya logrado ser exhibida en Argentina nos muestra la veracidad de sus afirmaciones. Solo podríamos agregar, para terminar, que Francisco es, sí, “un hombre de palabra” pero sin olvidar que es “un hombre de la Palabra”.