El derroche constante de pérdidas de agua potable se transformó es un reclamo constante de vecinos, en distintos sectores de la ciudad. Ver correr un hilo de agua por algún cordón de la ciudad, convivir con agua acumulada en una esquina o percibir malos olores impregnados en las calles debido a pérdidas persistentes es algo recurrente. Los vecinos no sólo se quejan por las molestias que esto ocasiona, sino que además paulatinamente estas situaciones generan roturas en el pavimento, constituyéndose en varias oportunidades verdaderas trampas para peatones y automovilistas, quienes utilizan dichas arterias.
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