Preocupa el crecimiento de femicidios

En Argentina la primera marcha en el año 2015, bajo la consigna Ni Una Menos, fue multitudinaria cuando fue convocada de manera espontánea a través de las redes sociales ante el hartazgo. La violencia machista, lejos de disminuir, sigue matando: en lo que va del 2019, se contabilizan 36 femicidios en el país. Sin embargo, el empoderamiento de las mujeres continúa fortaleciéndose día a día en las calles y en cada rincón de la vida cotidiana. El grito de “Ni una menos, vivas nos queremos” interpela constantemente a esa parte de la sociedad patriarcal que aún no se resigna a perder los privilegios construidos en base a golpes, humillaciones y muerte. Ante esta problemática que es un verdadero conflicto en nuestra sociedad Semanario El Argentino diálogo con Evangelina Cuevas, una de las referentes de Ni Una Menos Gral. Alvarado.

-¿Cómo está trabajando Ni Una Menos General Alvarado con respecto a la violencia de género?
Ni Una Menos se constituye como un colectivo de mujeres que en primera instancia de define como feminista. Cuando hablamos de feminismo referimos a un movimiento que lucha por la liberación de las mujeres en el marco de un sistema patriarcal que nos oprime. Hace cuatro años aproximadamente que venimos trabajando en el distrito, en primer lugar, visibilizando los reclamos del colectivo feminista y disidencias, adhiriendo a la agenda nacional y promoviendo actividades a nivel local en la temática. Además, hemos llevado adelante campañas de promoción de los derechos en medios y redes sociales, talleres en escuelas secundarias de “noviazgos libres de violencias”, charlas y talleres de reflexión en distintos espacios. También durante el último año comenzamos a realizar tareas de acompañamiento a mujeres en situación de violencia y comenzamos a participar junto a otras organizaciones sociales y políticas y mujeres independientes en la Multisectorial de Mujeres.

-¿Cuál cree que es la mayor falencia legal en cuanto a la violencia de género? , ¿Cree que se necesitan más normas de carácter procesal para evitar este tipo de abusos?
Cuando ocurren estos hechos la primera idea que surge está relacionada a más castigos a través de nuevos delitos, penas mayores, encierros indefinidos en cárceles infrahumanas, registros estigmatizantes. Medidas ruidosas porque “algo hay que hacer”, hasta el siguiente cadáver embolsado o la próxima violación múltiple. El avance punitivo demora las transformaciones reales, imprescindibles para desmontar la maraña de violencias producidas por muchas asimetrías: la imposibilidad de disponer del propio cuerpo, como ocurre con la ausencia de aborto legal, gratuito y seguro, las que mantienen brechas salariales por el solo hecho de nacer mujer, el trabajo no remunerado de carácter doméstico disfrazado de amor filial, la ausencia de educación sexual integral, libre e igualitaria que no haga de la violencia un recurso válido para la masculinidad. Todo eso seguirá intacto mientras el cuerpo dañado de turno reactive la escalada punitiva de turno en nombre del feminismo

¿Cuál es la respuesta del Estado sobre el problema? ¿Hay avances o cada vez estamos peor?
Claramente la política pública de los últimos años, caracterizada por los recortes presupuestarios en cada área afecta notablemente el abordaje de esta problemática. Por ejemplo, el Plan Nacional de Acción para la Prevención, la Asistencia y la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres fue presentado en 2016 para el trienio 2017-2019 y su implementación es responsabilidad del Instituto Nacional de la Mujer (INAM). El proyecto de presupuesto 2019 preveía $32.099.395 para la implementación, pero para que la partida asignada al PNA no pierda valor con respecto a la inflación debería ser para 2019 de al menos $67 millones de pesos. En General Alvarado aún no contamos con un refugio para mujeres y sus niñxs. Otro punto central es el acceso a la justicia de las mujeres en situación de violencia. Si bien en noviembre de 2015, se aprobó la Ley 27210 que crea el Cuerpo de abogadas y abogados para víctimas de violencia de género. Recién en septiembre de 2018, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos firmó un convenio con el INAM y abrió la convocatoria para abogadas y abogados de todo el país, que en estos días se capacitaron en violencia de género con una app. Respecto a la formación en perspectiva de género de lxs trabajadores del Poder Judicial, comisarías, salud y educación se aprobó recién a fines de 2018 la llamada “Ley Micaela”, de capacitación a los funcionarios de los tres poderes en materia de género. Esta Ley, impulsada por el Movimiento Evita y la familia de Micaela García, refuerza el compromiso del Estado existente en la Ley de Protección Integral a las Mujeres de 2009, es decir que llega con bastantes años de demora. Por otro lado, la Corte Suprema de Justicia creó en 2014 un Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, que se construye a partir de la información de las causas sobre femicidios. En 2015, pocos días después del Ni Una Menos, se oficializó la Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de Femicidios y de Homicidios Agravados por el Género de la Secretaría de Derechos Humanos; este es un registro construido a partir de la información periodística volcada en los medios de comunicación, no tiene estadísticas y los datos no están cruzados. En 2019 podemos afirmar que nos encontramos frente a una dispersión de datos y las organizaciones de mujeres y feministas siguen siendo la fuente más confiable para conocer cifras.

Además de las políticas que hay y no se cumplen, ¿qué otras políticas consideras que debe empezar a pensarse para poder avanzar más en la lucha contra la violencia de género?
Si bien desde 2012 la ley argentina contempla el agravante por femicidio y en 2015, con multitudes movilizadas, comenzó el movimiento Ni Una Menos, centrado en las demandas al Estado de políticas de prevención de las violencias machistas, y de su forma extrema, el femicidio. Sin embargo, y aunque la tolerancia social hacia el machismo haya disminuido notablemente, los índices de femicidio no bajan. Las acciones necesarias para avanzar en la lucha contra la violencia de genero ponen el foco en las deficiencias del presupuesto y en la necesidad de contar con equipos interdisciplinarios completos de acompañamiento a las mujeres, patrocinio jurídico gratuito para víctimas, mayor cantidad de oficinas y fiscalías especializadas en violencia de género y hogares o refugios para mujeres en situación de emergencia. Además, señalamos la necesidad de políticas concretas hacia la igualdad de oportunidades y derechos entre varones, mujeres e identidades disidentes. Nosotras en diciembre de 2019 presentamos un proyecto de ordenanza municipal para que se declare la emergencia en Violencia de género, trata y diversidad, a pesar de los distintos reclamos del colectivo feminista local, dicho proyecto jamás fue tratado.

-¿Los dispositivos de control siguen cayendo sobre las mujeres cuando en realidad tendría que ser al revés?
Entendemos que las restricciones de acercamiento son medidas cautelares necesarias y que la rapidez en la efectivización de las mismas es sumamente relevante y sin demoras burocráticas. También resulta evidente que no siempre son suficientes por lo que el otorgamiento del botón antipánico constituye una acción complementaria a la hora de proteger a las mujeres, pero la realidad es que estos no son provistos acorde a la demanda y la necesidad existente. En junio de 2018 el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos anunció la contratación de 1.925 pulseras electrónicas para monitoreo del cumplimiento de las medidas cautelares. En los últimos tres años se distribuyeron 600 pulseras o tobilleras en 19 provincias. En la provincia de Buenos Aires solo llegaron 60. Creemos necesario que estos aparatos se distribuyan en todo el territorio nacional para víctimas de violencia de género. Otro aspecto para es que muchos de los femicidios han sido perpetuados por personal de fuerzas de seguridad con sus propias armas reglamentarias es por ello por lo que resulta necesario un plan de desarme de los integrantes de fuerzas de seguridad con antecedentes en violencia de género. Además, resulta necesario la aplicación de dispositivos electrónicos para agresores sexuales y a agresores que incumplen medidas judiciales.

-¿Creen que la violencia contra las mujeres recrudeció en el último tiempo como respuesta a la mayor cantidad de mujeres que dicen “no”?

En lo que va de 2019 hubo un total de 37 femicidios, es decir uno cada 26 horas. La violencia contra las mujeres está lamentablemente a la hora del día y, si bien ella no es nueva, cabe ubicarla bajo la perspectiva de ciertos ángulos de nuestra contemporaneidad. Comprendemos que la violencia de género es ejercida contra las mujeres y hacia todas aquellas expresiones del género que intenten rebelarse al componente binomio hombre/mujer que el patriarcado y el capitalismo promueven. Si bien sabemos que se dirá que la violencia contra las mujeres ha existido siempre y que la dominación sobre ellas es una constante en el marco del sistema patriarcal, pero la particularidad de la violencia actual está dada por el ocaso de ese régimen y es ese ocaso el que da forma a la brutalidad con la que emerge. Asimismo, entendemos que la visibilización de las violencias que atravesamos las mujeres en nuestras vidas, ha ayudado para que cada vez más las mujeres se animen a romper el silencio que antiguamente enmarcaba esta realidad, encerrándola en el secreto y en muchos casos en las cuatro paredes del ámbito doméstico.

-¿Creen que saldrá adelante? ¿Contra qué muros están chocando?
El movimiento feminista desde hace años viene llevando esta lucha, poniendo en jaque al Estado y su falta de políticas públicas, denunciando las violencias que sufrimos las mujeres a diario y buscando garantizar los derechos que históricamente nos han sido negados. Entendemos que este proceso de deconstrucción del orden patriarcal y machista está iniciado y no tiene vuelta atrás a pesar de las contraofensivas de los sectores más conservadores o la indiferencia e individualismo que atraviesa nuestras sociedades. Nos hacemos oír cada vez que salimos a las calles, cada vez que nos rehusamos a seguir en silencio, cada vez que una mujer se acerca pidiendo ayuda, cada vez que una compañera nueva se suma a la organización. Uno de los muros más duros que nos toca derribar el Poder Judicial que aun en muchos casos sigue lógicas patriarcales y machistas. Fallos vergonzosos como el de Lucia Pérez; la desidia en la investigación del femicidio de Laura Iglesias; la absolución del cuarto implicado en el femicidio de Natalia Melmann el año pasado, el otorgamiento de las salidas transitorias cada quince días sin ningún tipo de control a tres de sus femicidas condenados con el riesgo que ellos implica para todas las mujeres de esta ciudad o la falta de identificación en del quinto ADN hallado en su cuerpo, son ejemplos que evidencian todo lo que aún nos falta. A pesar de los muros que enfrentamos, sabemos que ellos caerán lentamente, pero caerán; sabemos que nuestra lucha busca la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

-¿Es la información y la divulgación otra forma de lucha?
Por supuesto que sí y de ahí que resulta fundamental la aplicación de la ESI, pero es evidente que en los últimos años ha habido un retroceso en la materia al no ponerse en funcionamiento programas de educación formales y no formales para contrarrestar estereotipos, prejuicios y costumbres y todo tipo de prácticas basadas en la desigualdad de género. En 2016, la inversión en el Programa ESI se redujo en un 65% respecto al año anterior. Hoy la implementación de la ESI pareciera ser aún heterogénea y librada en buena medida a la voluntad de las instituciones educativas.

-¿Piensan que es necesario que el Congreso vote una ley que declare la Emergencia Nacional en Violencia contra las Mujeres?
Claro que sí, siguiendo la línea de lo anteriormente expuesto, el eje central es la asignación del presupuesto necesario para abordar la problemática. Además, exigimos a las instituciones encargadas de formar a la ciudadanía que incluyan prácticas y contenidos con perspectiva de género: que los medios de comunicación cubran con responsabilidad la noticia, usando categorías como femicidio y violencia de género. Les pedimos a todas las personas movilizadas por estos hechos que nos organicemos para transformar esta sociedad.

-¿Cuáles son los siguientes pasos y qué queda por hacer para erradicar, o al menos frenar, el feminicidio?
Entendemos que el movimiento feminista es el que ha politizado de manera nueva y radical la crisis de la reproducción social como crisis a la vez civilizatoria y de la estructura patriarcal de la sociedad. El movimiento feminista se hospeda al interior de organizaciones diversas y por ello está presente en las luchas más apremiantes del presente. Se ha convertido en caja de resonancia de toda la conflictividad social, tramando alianzas que rompen las jerarquías patriarcales, construyendo complicidad entre luchas, elaborando nuevas prácticas y lenguajes para la emancipación. Creemos que el movimiento feminista en toda su diversidad y a través de sus luchas y manifestaciones como proceso político de organización transversal, de la marea verde, de la insurrección de las nuevas generaciones, de la escucha colectiva a las denuncias de abuso sexual entendido como abuso de poder, está produciendo aquí y ahora una nueva forma política. Una política que viene a cambiarlo todo.
Al patriarcado lo estamos derrumbando desde abajo.
¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!