
Por Nicola Rodriguez Mastrangelo
Usuarios de Facebook e Instagram votaron que el tema de esta semana sean “Los Zoologicos”, por eso mismo, en esta columna semanal hablaremos de la realidad de los Zoologicos.
No existe ninguna razón para mantener en jaulas a animales inteligentes y sociales para nuestra efímera distracción y entretenimiento. La pérdida del hábitat y otros riesgos de la vida salvaje no se evitan al confinar a los animales en condiciones de hacinamiento y privándolos de todo lo que es natural e importante para ellos.
Los zoológicos separan a individuos apegados, que son traficados y trasladados de un lugar a otro para cumplir con los programas de reproducción, haciendo trizas sus complejas y multifacéticas relaciones sociales.
El cautiverio enloquece a los animales
La mayoría de los zoológicos exhibe animales con muy poca, si alguna, oportunidad de expresar comportamiento natural o de realizar elecciones en su vida diaria, y esto puede llevar al aburrimiento y la neurosis. Sin nada que hacer, los animales en los zoológicos duermen demasiado, comen demasiado y exhiben un comportamiento que muy pocas veces, por no decir nunca, se ve en la vida salvaje. Los primates se arrojan materia fecal y realizan “regurgitaciones y reingestas” -vomitar y luego ingerir el propio vómito.
Los animales grandes como los osos y los grandes felinos caminan incesantemente. Los primates y los pájaros se automutilan, y los chimpancés y los gorilas se vuelven excesivamente agresivos. Lamen y muerden las rejas y realizan extraños movimientos con sus labios, cuellos y lenguas. Las jirafas tuercen sus cuellos e inclinan sus cabezas hacia atrás y adelante repetidamente. Los elefantes bambolean sus cabezas y las mueven de un lado a otro. Los animales en cautiverio no muestran ningún interés en la reproducción o, al contrario, se obsesionan con el sexo.
Los mamíferos marinos nadan todo el tiempo repitiendo el mismo patrón en sus tanques. Los peces también sufren. Un estudio realizado por la Asociación Protectora de Animales en Cautiverio concluyó que 90% de los acuarios públicos analizados tenía animales que presentaban comportamiento estereotipado (neurótico) tales como interactuar con límites transparentes, sacar constantemente la cabeza por encima de la superficie del agua, girar en torno a un objeto imaginario, y reclinarse sobre un costado con frecuencia y frotarse contra el piso del tanque.
Los zoológicos del futuro
La reproducción en cautiverio es irresponsable y empeora una situación que ya de por sí es mala. Cada año, santuarios autorizados deben darle la espalda a cientos de animales exóticos y salvajes abandonados por circos, zoológicos rodantes y el comercio de mascotas. Mientras unos pocos zoológicos, como el zoo de Detroit y el zoo de Baltimore, han tomado la decisión compasiva de proveer refugio a los animales que realmente lo necesitan, la mayoría de los zoológicos rechaza a estos animales. La industria de los zoológicos debe transformarse de una prisión a un refugio, donde los derechos y el bienestar de los animales individuales son de máxima prioridad. Hazle saber al zoológico de tu localidad que el público apoyará ese cambio y exígele que detenga la reproducción de especies para proveer mayor espacio a pocos animales y darle lugar a los animales salvajes que han sido confiscados de jaulas, sótanos, circos, y reservas.
Qué puedes hacer
Los zoológicos se verán forzados a dejar de reproducir y capturar animales de la vida salvaje si sus apoyos financieros desaparecen, por eso la forma más importante de ayudar a los animales encarcelados en los zoos es simplemente boicotear a los zoológicos e instar a todos tus conocidos a que hagan lo mismo.
Quiero agradecer al << Semanario El Argentino >> por permitirme escribir esta columna, pueden encontrarme en mis redes sociales como “Nicola Rodriguez Mastrangelo”.
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