
“El análisis desde la perspectiva de género perdurará tanto como sea necesario, y dejará de ser requerido cuando sea plenamente aplicado en todos los órdenes del Estado y de la vida”, dijo el Defensor del Pueblo Adjunto en derechos Humanos y Salud de la provincia de Buenos Aires, Marcelo Honores, al inaugurar el seminario “Género y Salud”, en el marco del Día Internacional de la Mujer.
Honores sostuvo que “la perspectiva de género es un derecho y resulta reclamable al Estado y a la sociedad”, y reflexionó que el abordaje de la salud, bajo esta mirada, “es un derecho en sí mismo, y se convierte en la única forma posible de analizar cualquier derecho”.
Al exponer en la jornada que se realizó en el salón “Nunca Más” del Anexo del Senado bonaerense, en La Plata, Honores compartió el panel con Agustina Ciarletta (delegada en la Provincia del INADI); Lida Santa Cruz (coordinadora del programa Género y Diversidad Sexual del ministerio de Salud bonaerense); Diego Cao (Instituto Provincial de la Mujer); y Demián Martínez Naya, referente de diversidad del PRO, mientras que Claudia Brolesse actuó como moderadora del espacio de reflexión que organizaron la Asociación Iberoamericana de Derecho a la Salud (AIDAS), la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Federación Argentina de Colegios de Abogados (FACA) y el Colegio de Abogados de La Plata (CALP).
“Tener derecho a una perspectiva de género significa tener derecho a disfrutar de cualquier derecho en condiciones de igualdad con cualquier otra persona, sin importar cuál es nuestro género, y sin por ello ser víctima de discriminación”, explicó Honores.
El Defensor señaló que “este abordaje permite reconocer la necesidad de adoptar medidas positivas para que la discriminación por género, que en los hechos aún existe, desaparezca”, y subrayó que esas acciones “serán necesarias hasta que la inequidad por género se elimine”.
De todas formas, Honores consideró que “la sociedad ha evolucionado favorablemente en la toma de conciencia sobre varios aspectos de esta desigualdad”, aunque admitió que “todavía falta mucho por hacer.
“Ningún derecho puede ser interpretado o aplicado ni mucho menos disfrutado si no es en condiciones de igualdad. Esto ocurre con el derecho a la vida y la integridad; la libertad y la justicia; la propiedad y la vivienda; la alimentación y la educación, y claramente la salud de ninguna manera es una excepción”, amplió el Defensor.
Y en esa línea, avanzó que “el derecho al disfrute al más alto nivel posible de salud es mucho más que el derecho a la atención médica. Hay ciertos factores que se han identificado como determinantes de este derecho: el agua potable y condiciones sanitarias adecuadas; alimentos aptos para el consumo, nutrición y vivienda adecuadas; condiciones de trabajo y medio ambiente salubres; educación e información sobre cuestiones relacionadas con la salud, e igualdad de género”.
“Exigir una perspectiva de género implica repensar el sistema de salud en su integralidad”, apuntó Honores y convocó a “desterrar el análisis impersonal y neutral del derecho” para “reconocer que en la actualidad no todas las personas pueden disfrutar del más alto nivel posible de salud en condiciones de igualdad, porque muchas de ella son víctimas de discriminación”.
“No tengamos temor en asumir que existe discriminación por género en ámbitos de la salud, porque sólo desde esa base realista es que podemos construir una sociedad más justa”, concluyó Honores.