El Pingüino Miramarense volvió a su hábitat natural

Por Nicola Rodríguez Mastrangelo
El ave había sido encontrada por una familia en las playas de Miramar y llevado en auto hasta Córdoba. Vivía en una casa y lo trataban como a una mascota.
La venta ilegal de mascotas es considerada el tercer mercado ilegal más grande del mundo después de las drogas y las armas. Según datos de la Dirección de Fauna Silvestre de la Nación, 9 de cada 10 animales capturados mueren antes de ser comercializados y apenas el 5% de los animales rescatados logran regresar a su hábitat.
En ese contexto desalentador, la Fundación Mundo Marino anunció que pudo devolver al mar a 15 pingüinos magallánicos que habían sido encontrados en estado de desnutrición, entre los que se encontraba un ejemplar víctima del mascotismo.
Ese pingüino logró salvar su vida gracias a una denuncia anónima de un vecino de Santa Rosa de Calamuchita. El ave, que había sido hallada en las playas de Miramar en el mes de febrero, recorrió más 1.100 km auto para terminar viviendo en la casa de una familia cordobesa.
El rescate se produjo el 12 de marzo y estuvo a cargo de la Policía Ambiental de Córdoba, quien tras brindarle asistencia primaria lo derivó cuatro días después a la Fundación Mundo Marino, especializada en la rehabilitación de estos animales para devolverlos a su hábitat natural.
“Llegó con un cuadro de anemia y deshidratación por el tipo de alimentación al que estuvo expuesto. Como todo pingüino que ingresa desnutrido, primero se los hidrata y luego se los alimenta con pescado sólido o una fórmula de pescado procesado. En ambos casos, a través del alimento les suministramos vitaminas para estabilizarlos y que recuperen progresivamente su peso normal”, explicó Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y jefe del Centro de Rescate y Rehabilitación de la Fundación Mundo Marino.
El “pingüino cordobés”, además, presentaba un cuadro de viruela aviar, una enfermedad producida por un virus que es de aparición común en otras especies de aves y que se manifiesta en lesiones cutáneas en formas de verrugas en las áreas sin plumas.
La aparición de esta enfermedad está relacionada con el debilitamiento del sistema inmunológico, lo que en este caso en particular podría estar vinculado a la situación de alto estrés a la que estuvo sometido.
Al arribar a esta institución situada en San Clemente, el pingüino permaneció junto a otros 14 ejemplares que también habían sido rescatados por presentar diversos niveles de desnutrición. Estos rescates fueron posibles gracias al trabajo coordinado junto a otras organizaciones: la Fundación Ecológica Pinamar; Rescate Verdemar y de Villa Gesell.
A cada uno de los pingüinos, durante el proceso de rehabilitación, se les colocó un microchip subcutáneo en la zona interescapular para poder ser identificados y recibir un tratamiento individualizado. Además, cada microchip posee una numeración específica del centro donde fue asistido, que podrá ser reconocido por otro centro de rescate en caso de hallar al mismo animal en el futuro.
“Esta especie es gregaria, por lo que si aparece sola es de por sí un mal síntoma. Por eso es que se reintroducen en grupo y no de manera solitaria. Lo más importante aquí es concientizar a la población de que estos animales no son mascotas. Además del daño que les podemos generar, los animales silvestres también pueden transmitir enfermedades infecciosas al ser humano”, agregó Rodríguez Heredia.