Cada vez son más las voces de descontento ante la falta de señalización de obras, que se realizaron sobre toda la línea costera durante estos dos últimos meses en nuestra ciudad. La bicisenda con un costo presupuestario de ($2.000.000) y el “arreglo” del paseo costanero con fondos provinciales de ($5.000.000), donde dicha obra finalizó esta semana, pero según voces oficiales, el pasto removido no podrá ser repuesto ya que el valor sería de ($1.500.000) y el municipio no cuenta con el dinero disponible. Números aproximados, ya que no hay información pública sobre el costo real de dichas obras.
La realidad es que la mayoría de los comentarios, imágenes, y situaciones de infracción en las mismas, se han ido sucediendo en estas últimas semanas y teniendo en cuenta que el grueso del turismo aún no ha llegado a la ciudad, ya los inconvenientes se están generando, dado que la señalización para que los problemas no pasen a mayores, no están cubiertos, y la cartelería correspondiente a los pliegos de las obras, que es obligatoria, brillan por su ausencia. Este tradicional paseo, se ha convertido en un lugar de peligro para la seguridad vial, problemas de señalización, de diseño, etc.
Ya se pueden ver actitudes temerarias de conductores, dada la estrechez de espacio para circular o estacionar los vehículos, y que hacen al desorden existente en distintos niveles del tránsito en dicha zona. Son muchas las voces de ciudadanos que se unen en un clamor común: ¿por qué no se ocupan de las calles de tierra, de la iluminación o de resolver los problemas de la gente que vive en los barrios? Como toda ciudad, Miramar, y sus localidades guardan su memoria urbanística en detalles, rastros vivos, que el actual gobierno municipal, destroza con diferentes excusas demoliendo indolentemente sitios históricos, muros costeros, un retrato de antiguos tiempos. Las distintas opiniones de quienes conforman, la actual gestión, respecto a la realización de dichas obras son: “Estamos haciendo esto, para embellecer a Miramar”.
Una ambigüedad, una no precisión que se hamaca sobre un indeterminado continuum con vocación de ansiada frustración, en poder visualizar, que obras son realmente necesarias a las verdaderas necesidades de los alvaradenses. ¿Y es que la idea de haciendo Miramar?, ¿Presume que?, ¿Hacen algo que no estaba hecho? , ¿Algo como una bicisenda?,¿Un paseo costanero histórico y derrumbado para “modernizarlo”?, ¿Algo que nadie pensó antes y es vital para la ciudad? .Todas estas preguntas y muchas más, hacen pensar, que para algunos funcionarios, las prioridades de nuestro distrito, no van en concordancia con las necesidades de la gente.
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