Los acontecimientos que se viven a diario en el Consejo Escolar nos permiten afirmar que se ha transformado en un botín de guerra del grupo político que monopolizo, condujo y digito todas las acciones de la Institución durante más de 10 años. El Frente Renovador homogeneizó la conducción y a través de la misma de forma cerrada, impenetrable y partidista tuvo la posibilidad de manejar los destinos durante mucho tiempo.
La derrota en las elecciones del año 2017 donde perdió tres consejeros escolares hizo que también perdiera ese monopolio y la Presidencia de la Institución. Se fueron del Consejo dejando rendiciones de cuentas sin firmar, documentación insuficiente, convenios por 50 años cuyas consecuencias aun son imprevisibles, ocupación de inmuebles en forma ilegal, facturas que se están investigando por las que se retiraban materiales en corralones de la ciudad y para beneficio particular y tantas irregularidades que serían innumerables de mencionar. Así lo informaron los nuevos consejeros escolares y difundieron en todos los medios .
Esa derrota ha hecho que los consejeros que quedaron en nombre de esa fuerza política, Rodrigo Alonso y Enrique Rabosto sean instrumentos políticos y partidarios para entorpecer y perturbar el funcionamiento del consejo. Con un criterio estrictamente partidista y sectario intentan generar situaciones de conflicto y difundir permanentemente esos conflictos que se presentan. La última embestida ha sido dirigida contra el Tesorero de la Institución Nicolás Martínez de Vedia que cumple su función respetando rigurosamente los reglamentos y las disposiciones de la Dirección de Escuelas en cuanto a contrataciones y adquisiciones. Pero la oposición política, cegada pretende que sea cambiado de la función, porque pareciera que lo que quiere es manejar lo que ellos llaman “la chequera” para disponer de fondos, recursos a gusto y “piacere” y obtener la caja política del Consejo Escolar como la tuvieran discrecionalmente y sin control hasta hace poco tiempo.
No hay otra motivación para esa actitud que obtener el manejo del dinero como lo habían hecho hasta algo más de un año. Llama la atención la actitud de la consejera de Cambiemos Marita Ardouin que se suma a estas maniobras destituyentes y contrarias al espíritu democrático del Consejo Escolar que se ha transformado en un verdadero botín de guerra. Botín de guerra donde todos quedan salpicados por intenciones que se suponen aviesas y dirigidas a disponer de recursos públicos en beneficio propio y en desmedro de la educación pública. Una situación que avergüenza a la comunidad en su conjunto.
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