
Otra vez el Concejo Deliberante ha impuesto a los contribuyentes gravosas obligaciones con un aumento de las tasas que asciende al 40%. Ello significa un fuerte ajuste en los bolsillo de los afectados que tengan posibilidad de pagarlas, ya que como lo venimos señalando se ha ido deteriorando la cobrabilidad, llegando a porcentajes que son más bajos al 50%.
El promedio general de incremento es casi el 40 %, excepto la tasa vial que se levantó en un 36 %. Esta decisión también provoca reacciones negativas en productores agropecuarios que durante todos estos años no han podido ver donde iban sus impuestos, en que se aplicaban, donde se invertían, porque los caminos rurales han sido un verdadero desastre. Sin mantenimiento, sin entoscados, sin alteos, sin maquinaria para cumplir sus funciones y sin personal calificado para ello.
Se esperaba una decisión más equitativa ya que al no haberse invertido en todos estos años, podría haberse aplicado algún porcentaje más razonable y que el Estado comience a cumplir su función. Ni la Secretaria de Producción que en esto ha estado totalmente ausente ni en la Dirección de Servicios existe una planificación, un esquema anual de obras, un programa claro y concreto de lo que se va a hacer. Es todo improvisación y se responde a espasmos. Depende quien reclama más, quien grita más fuerte, o de lo contrario donde hay un amigo para proceder a rastrear o mejorar un camino rural.
La verdad que estas sanciones económicas que se aplican a los productores con el aumento de las tasas en esa forma desaniman a quienes incorporan riqueza al Distrito de General Alvarado. Pero puede más la burocracia estatal, la falta de análisis y de estudio y el afán recaudatorio. Lamentablemente otra vez se ha castigado y fuerte al sector productivo del Sudeste de la Provincia.