Otro “Atlanticazo” en el centro contra el “avance del extractivismo petrolero”

Mientras se espera para octubre el inicio de la exploración sísmica, organizaciones volvieron a manifestarse en las calles de Mar del Plata.

Con una concentración y marcha en el centro de Mar del Plata, organizaciones ambientalistas volvieron a manifestarse contra el “avance del extractivismo petrolero” respecto a los proyectos de exploración y explotación petrolera offshore en la costa bonaerense. En un nuevo “Atlanticazo”, mientras las empresas prevén comenzar con la exploración sísmica en octubre, las organizaciones volvieron a las calles.

Como cada cuatro de cada mes, organizaciones ambientalistas nucleadas en la Asamblea por un mar libre sin petroleras volvieron a las calles en un nuevo “Atlanticazo para expresar su rechazo a los distintos proyectos de exploración y explotación petrolera offshore en la costa bonaerense: “Los pueblos seguimos demostrando que el extractivismo no tiene licencia social“, manifestaron.

En detalle, la concentración comenzó a las 16.30 en la Rambla, en pleno punto costero de la ciudad, desde donde las y los ambientalistas partieron hacia distintos puntos del centro en paralelo a movilizaciones en otros puntos del país: “Desde la Provincia de Buenos Aires hasta Tierra del Fuego, el pueblo sigue ganando las calles con la fuerza del mar”, definieron.

Una vez que la marcha llegó a la Municipalidad, las y los manifestantes representaron un derrame de petróleo.

Esta vez, los reclamos estuvieron centrados en el gobierno nacional y los gobiernos provinciales y municipales que, acusaron, “sin grietas, imponen políticas de entrega de los bienes comunes profundizando la contaminación y el despojo”.

La última de las novedades en torno a los proyectos petroleros frente a la costa de Mar del Plata estuvo centrada en un anuncio del gobierno bonaerense tras una reunión con las autoridades de la empresa multinacional Equinor para comenzar en octubre con las tareas de exploración sísmica y en enero llevar adelante la perforación del denominado “Pozo Argerich”.

Si bien no se brindaron detalles sobre cuál de los proyectos aprobados por el gobierno nacional se prevé iniciar las tareas en octubre, el que coincide con los plazos temporales proyectados originalmente es la Campaña de adquisición sísmica offshore argentina, Cuenca Argentina Norte (áreas CAN 108, CAN 100 y CAN 114), es decir la primera iniciativa aprobada a fines de 2021 y la que estuvo judicializada a partir de la presentación de cuatro amparos que derivaron en su paralización temporal y, después, en su autorización a través de una serie de condiciones impuestas por la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata.

En concreto, el proyecto implica en primer término estudiar las cuencas CAN 108, CAN 100 y CAN 114 del sudeste bonaerense con el método de la exploración sísmica -bombardeo sonoro del lecho- por parte de la empresa Equinor, asociada a YPF, para verificar la presencia de hidrocarburos para, en un futuro y en caso de ser positivos los resultados, proceder a su extracción mediante plataformas como parte de una segunda etapa aún no proyectada ni aprobada como tal.

Semanas atrás, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), por su parte, presentó un recurso de amparo ante el Fuero Contencioso Administrativo Federal en busca suspender decenas de proyectos y autorizaciones de exploraciones offshore de petroleras otorgados por el gobierno nacional, entre los que se encuentran los previstos para la costa marplatense.

Bajo ese contexto, las organizaciones ambientalistas salieron a denunciar en una nueva edición del “Atlanticazo que tanto los ministerios y las secretarías de Ambiente del ámbito nacional y provincial “se han convertido en organismos del Estado funcionales a los proyectos ecocidas“.

Incluso, calificaron como “falsas” las audiencias públicas realizadas que “excluyeron las voces en contra”, y afirmaron que los gobiernos y corporaciones “gastan millones en campañas de comunicación mentirosas donde hablan de ‘soberanía energética’, desarrollo económico, trabajo para miles y cuidados ambientales cuando el extractivismo no tiene licencia social”.