Paloma Robert Leveroni es una joven artista multifacética de nuestra ciudad. Es fotógrafa, DJ, cantante… a Paloma le encanta incursionar en nuevas disciplinas artísticas para romper estereotipos y barreras. Si bien, desde pequeña comenzó su relación con la música, hace poco más de cuatro años se metió de lleno en el camino de la electrónica, ambiente donde todavía falta terminar con los prejuicios hacia las mujeres y hacia lo que rodea este género.
Es hija del muy querido y recordado Pedro Daniel Robert, especialista en clínica obstétrica y ginecología. Un destacado médico y dirigente gremial que desempeñó en el Hospital “Mario Cassano”, y además, fue presidente de la Asociación Médica e integró la Comisión Directiva Nacional del Sindicato Médico (AMRA).
– ¿Cuál fue tu primer acercamiento a la música?
Empecé cantando desde muy chica, hice obras de comedia musical en Mar del Plata, fui a una escuela de música allá. En el 2019 hice un curso de DJ, porque un chico comenzó a dar clases en Miramar. A mi todo lo que es música me encanta.
Yo nunca había ido a una fiesta electrónica, no sabía lo que era. La primera vez que fui a la clase, mi profesor me pregunto qué género me gustaría tocar y yo no sabía que la electrónica tenía géneros. Ahí comenzó mi camino. Empecé tocando tecno y a los meses me llamaron para tocar en Mar del Plata. Esa experiencia me encantó y me llevó a conocer el ambiente.
En Miramar hay chicas en el ambiente. Está Flora, que es mi amiga y es una genia en el tema. Pero creo que fui de las primeras. Yo soy muy extrovertida y no tengo problema de lanzarme a hacer lo que me gusta. Mi frase es que la vida es sólo una y si no hago lo que quiero en esta, cuándo lo voy a hacer.
Estando en una ciudad tan chica como Miramar, es difícil a veces, animarse a lo nuevo porque la gente habla mucho y comenta sobre la vida del otro. Con el canto, por ejemplo, empecé desde muy chica y hoy en día tengo pánico escénico. Me paso que en un acto en el colegio no me sentí cómoda y desde ese día me inhibí. Las veces que tenía presentaciones en Mar del Plata tenía que subirme con mi profe al escenario. Pero, para pasar música eso nunca me pasó. Sí están los nervios normales, pero me siento a gusto.
¿Cómo es el ambiente de la electrónica para una mujer? ¿Es más difícil?
Lo difícil de ser mujer en este ambiente es que a veces tenes más oportunidades, pero podés sufrir situaciones incómodas. Muchas veces se desvirtúa el trabajo de la mujer. Se dan momentos en que los hombres expresan comentarios desubicados porque la noche suele ser así, lamentablemente.
Otra cosa es que la seguridad no es la misma para una mujer. Una persona que sale de pasar música con sus equipos, tanto hombre como mujer puede sufrir robos. Pero siendo mujer corrés más riesgos de presentarse sola. Es complicado.
Actualmente estoy pensando en irme a México, pero lo dudo por el tema de la inseguridad. Ir a México conlleva meterme en una noche bastante pesada.
– ¿Desde una ciudad chica como Miramar… cuesta más abrirse camino en la música?
Cuesta, pero no es difícil, yo empecé enseguida a tocar en Mar del Plata. En Miramar, no tuve muchas posibilidades, tal vez en fiestas privadas.
En Miramar, Collins me abrió las puertas, pero después no mucho más. También toqué para la Municipalidad en semana santa en la calle 26 y para el parador “Mariyú”.
En Mar del Plata, hay mucha movida electrónica y muchos bares. También tuve la posibilidad de ir a tocar a Olavarría, que fue una gran experiencia. Es muy difícil trabajar y ganarte la vida del arte por eso estas propuestas profesionales suman mucho.
Quiero destacar que lo difícil de una ciudad tan chica son los prejuicios. La movida de la electrónica está mal vista y es relacionada con el alcohol y las drogas. No se tiene en cuenta que es una música muy interesante que se disfruta mucho.
Se ha demostrado que la música electrónica no tiene que ser algo nocturno, algo oscuro. También se pueden hacer festivales tranquilos, en una playa, etc.
– ¿Qué crees que le falta a Miramar para poder difundir este tipo de música?
Yo creo que superar prejuicios, que la gente abra su mente. En esta ciudad la gente prejuzga demasiado en todo sentido. Y además que el municipio acompañe. Hemos intentado realizar eventos grandes y no nos dejaron concretarlos. Se nota que están más pendientes de la electrónica. En otro tipo de fiestas no hay tantos controles.
– ¿Cómo te definirías como artista? ¿Cómo fue tu camino en la fotografía?
Mi relación con la fotografía fue desde muy chiquita. Mi mamá tenía una Nikon Reflex y tengo unos hermosos retratos de mis papás juntos que les hacía yo de chiquita. A los 15 me compré mi primer cámara propia y sacaba fotos a mis amigas. Me gusta mucho el paisaje e iba a sacar fotos a la naturaleza.
Cuando termine la escuela, sentía que tenía que estudiar algo relacionado a la medicina por mi papá. Si bien, él nunca lo impuso, yo lo sentía así. Yo pensaba en ese momento que para “ser alguien”, tenía que ser médica. Pero pasaron los años y nunca me sentí cómoda en esa carrera. Aprobaba el ingreso y después sentía que no era lo mío. Durante este tiempo nunca abandoné el arte y un día dije: “esto es para mí”. El año pasado empecé a estudiar la Tecnicatura en Fotografía que lo hago de forma online. A partir de ahí fue increíble cómo mejoré… me fui comprando más herramientas, armé mi propio estudio que lo puedo transportar y me capacité.
De la fotografía, lo que me apasiona son las fotografías de paisajes, fotografía cannábica. Me gusta encuadrar las fotos, vender cuadros. Tuve la posibilidad de exponer mis cuadros hace poco en un evento que se llama “Costa Cannabis” en Mar del Plata. Fue una hermosa experiencia.
¿Tenés algún referente en el arte?
Me encanta Marta Minujín. Si bien, ella hace otro tipo de arte, me siento identificada porque es extrovertida y le gusta romper estereotipos. Es una persona que va al frente.
– ¿Cómo recordás a tu papá? ¿Sentís el afecto de la ciudad?
Mi papá era una persona muy humana que me inculcó siempre que haga lo que haga por amor y no por plata. Me ha pasado muchas veces que he ido gratis a tocar, porque lo siento y porque quiero.
Me gusta vivir y transitar los momentos, por ejemplo, cuando fui a exponer me sentía feliz de compartir con mis amigos y no estaba pendiente de la venta de los cuadros. Mi papá en su profesión fue así, siempre que él pudo ayudar, ayudó a cambio de la gratificación.
Recibo abrazos de mujeres que fueron pacientes de él y me dicen cosas muy lindas. Me transmiten anécdotas y situaciones en las que mi papá las ayudo o escucho y eso es increíble.
La gente destaca la honestidad de mi papá. Eso me ayudó mucho cuando falleció, porque fue un momento muy triste para mí.
– ¿Qué mensaje le transmitirías a las chicas de Miramar que quieren seguir sus sueños pero no se animan?
Que lo hagan porque la vida es una sola. Hay que animarse y probar, es fundamental.
Nadie va a hacer por vos lo que vos querés hacer. Tenés que tener iniciativa propia. Si no es por ahí va a ser por otro lado.
Hay que aprovecha lo más valioso que tenemos que es la vida, y gracias a Dios, todos los días nos podemos levantar para probar nuevas cosas. Hay que dejar de darle tanta importancia a lo que diga el resto.
– ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Lo próximo que quiero hacer es viajar para seguir haciendo fotos de paisajes en diferentes lugares. Quiero conocer otras culturas, otros paisajes para seguir creciendo como artista e inspirarme.
Instagram: @palomarobertl
Fotografía: @chetaphotop