“Hace falta un Estado más presente y un sector privado más consciente de que ser músico es un trabajo”

El cantante y violinista Edu Schmidt, ex líder de Árbol, vuelve a Miramar para presentarse el próximo viernes 26 en su querido Ramón Bar. En el show dará a conocer “Flota”, el tercer corte de “Coso”, su próximo disco, sin dejar de lado los clásicos de su ex banda.

El compositor de “Pequeños Sueños” y “El Fantasma” conversó con “El Argentino” en una entrevista exclusiva sobre lo que significa para él volver a Miramar, por qué siente a Ramón Bar como su familia en la Costa, cómo es ser músico en Argentina y muchas cosas más.

– ¿Cuáles son tus sensaciones al volver a Miramar? ¿Cómo te ha recibido el público de General Alvarado?

Para mi es una alegría muy grande volver a Miramar. Hace más de 20 años que voy a tocar, no sólo en verano sino también en otoño. Siempre me da alegría volver y ver a la gente que viene por primera vez a un show y a la que hace 20 años que viene a verme desde la época de Árbol. Miramar es una ciudad de las que una o dos veces por año trato de volver.

-Volvés a Ramón Bar, un lugar muy querido por los músicos miramarenses y la zona… ¿sentiste esa mística?

Con Ramón Bar tengo una relación afectiva muy grande desde que abrió y desde antes porque varios de los chicos que lo manejan armaban incluso shows en sus casas, a los que yo iba a tocar. Tengo una relación de ya casi 10 años, los considero mi familia allá en la Costa. Siempre es un gusto volver a Ramón Bar.

-En mundo donde suelen prevalecer las etiquetas, vos te reinventaste en la pandemia con un emprendimiento de cocina: ¿pensás que podrías volver a reinventarte?

El tema gastronómico vino un poco por necesidad. A mi me gusta cocinar, estudié y todo, pero trataba de mantener esta pasión de una forma más amateur. En la cuarentena, como tuve que dejar de tocar obligado, nos pusimos a cocinar y con mi compañera armamos el emprendimiento Shleper que salió junto con el disco “Croto”. Shleper quiere decir “Croto” en idish y hacíamos comida tradicional judía. Este emprendimiento permanece de manera intermitente. Por momentos lo abrimos y por momentos estamos con nuestras actividades muy a full. Actualmente, funciona tipo delivery.

Pienso que esto de reinventarse sirvió para probarse a uno mismo en distintas situaciones, pero, también creo que está muy sobreevaluado el “emprendedurismo”. Esta es una sociedad que te pide que te adaptes todo el tiempo al cambio y eso es bastante estresante. Como sociedad deberíamos practicar más el estar tranquilos, no estar tan a las corridas y tratar de tener también cierto sentimiento de estabilidad.

En Argentina estamos acostumbrados a cambios laborales permanentes, y a que quizás, una actividad que te puede dar una buena realidad un día, al otro día no es rentable y tenés que trabajar de otra cosa. No me parece que sea del todo sano. No está bueno tener que estar todo el tiempo teniendo que reinventarse. Llega un desgaste que para mi explica que actualmente haya tantos problemas de gente senil y con enfermedades como Alzheimer. Estamos obligando a nuestros cerebros a trabajar de más, pero es una apreciación mía que no soy médico ni psicólogo.

– ¿Cómo es ser músico en Argentina teniendo en cuenta el contexto económico en el que vivimos?

Es muy difícil, como lo son muchas de las profesiones en el país. Estamos bastante precarizados. Al músico le cuesta todo y vive muchos tipos de situaciones, por ejemplo, poder salir a la ruta y que no te mate un “loquito” que viene de frente, enchufar un equipo en un bar y saber que te podés quedar pegado, hacer un arreglo con el dueño de un lugar y cómo hay poca gente te quiera pagar menos, cosa que no pasa con el pintor o el plomero. Digamos que el músico es uno de los primeros eslabones de esa cadena de producción cultural para que pueda haber shows en vivo, y que muchas veces no cobra o cobra menos.

Hace falta un Estado más presente y un sector privado más consciente de que esto es un trabajo. En eso a veces los mismos músicos actuamos en contra de nuestros propios intereses cuando por gusto o por poder expresarnos, vamos y tocamos gratis en cualquier condición y eso hace que todo el circuito se precarice más.

– En 2020, presentaste tu último disco “Croto” … ¿cuándo será el lanzamiento de tu próximo material? ¿cuáles son tus próximos proyectos?

“Croto” ya tiene tres años y en este momento está por salir el tercer corte del próximo disco que se va a llamar “Coso”. Es un disco corto de 6 o 7 canciones que va a salir en julio.

Ya salieron los cortes “Al revés” y “Cabeza”, “Flota” sale la semana que viene. Flota es un tema que hice con Balde Spósito y Hugo Lobo en homenaje a Muhammad Ali. Este material va a tener: canciones “power”, música tranquila, la banda tocando eléctrico, la banda tocando acústico, guitarras y charango…

En esta línea de Discos con O, qué empezó por “Loco”, siguió con “Choco” y continúo con “Croto”, ahora va a venir “Coso”. Los que quieren ya le pueden dar pre-sale en las plataformas para que no se olviden y el viernes que viene lo pueden escuchar.