Francisco Kipper: “Mis manos, una aguja y tinta es lo único que quiero necesitar para mis tatuajes”

El 17 de julio se celebra el Día Internacional del Tatuaje, una de las expresiones artísticas más antiguas. Esta efeméride se originó en Estados Unidos, donde los tatuadores comenzaron a denominar el día como el “National Tatto Day”, sin embargo, esta celebración se extendió a nivel internacional.

Se estima que los primeros tatuajes surgieron en el año 2.160 A.C. con hallazgos importantes en momias de la cultura egipcia. Pero, no se sabe a ciencia cierta dónde se originaron. Los tatuajes, en ese entonces, simbolizaban la prevención de peligros y enfermedades, con un significado mágico y de estatus social.

Francisco Kipper, es un artista multifacético, que divide su tiempo entre Miramar, Chapadmalal y Mar del Plata, y deja una huella por donde pase con su arte. Es diseñador industrial, ilustrador, artista del tatuaje, músico… En otras palabras, a “Fran” le sobra creatividad.

“Cisko” es su faceta de tatuador donde utiliza una técnica ancestral pero no tan conocida: el “Hand Poke”. Este tipo de tatuajes se hacen empujando a mano una aguja esterilizada. La técnica consiste en realizar un cambio en el cuerpo de la persona mediante el pinchazo en la primera capa de la piel. La repetición de la punción de la aguja lentamente va creando el diseño del tattoo por lo que se necesita mucha precisión.

-El tatuaje es un medio de expresión desde épocas ancestrales… ¿qué se puede transmitir a través de un tatuaje?

Creo que hay dos lugares desde donde transmitir: primero está el lugar del que lo lleva y por el otro lado el artista, el tatuador. Creo que la conciencia del “artista del tatuaje” es más contemporánea, quizá porque en otro momento estaba a asociado a la magia o a los rituales.

De todos modos, me gustaría arrancar desde el hecho que no me considero un tatuador de profesión. Pero, me considero un “artista del tatuaje”, que hoy en día está siendo una labor bastante reconocida.

Desde mi lado, puedo transmitir mi visión del arte. Esto se puede ver en la personalización de mis diseños, en mi estilo. Eso es un poco la parte del ego del artista, que siempre se puede dejar un poco nuestra huella. Por otro lado, en mi caso, juego un poco con “desromatizar” el tatuaje que, de algún modo, se lo toma como algo que es “para siempre” sin tener en cuenta que nosotros somos temporales, efímeros.

El tatuaje es al fin al cabo una forma más de expresión que es un poco “antisistema”. Yo me considero un poco “antisistema” como creativo. Creo que en ese sentido mi visión del mundo es el arte y poder compartirla con alguien es lo que me llega. Que esa persona me elija y lleve el tatuaje en su piel me conecta mucho con el otro.

Una de las cosas que destaco es este ida y vuelta con la gente que quizás en otras esferas artísticas no está tan presente o está mas formalizado. El espacio nos permite expresar nuestro sentir, nuestra esencia más intrínseca.

Yo siento que el tatuaje trasciende lo que yo hago o lo que creo, además de que lo muestro un poco más porque la gente lo quiere mostrar y lo lleva es su piel. De esta forma, conecto un poco más en compartir mis creaciones con el otro en el sentido literal de la palabra.

– ¿Cuáles fueron tus primeros acercamientos al tatuaje?

Desde muy chico, desde antes de estudiar Diseño Industrial, siempre me encantó dibujar. El primer acercamiento al tatuaje es el dibujo. Empecé por un lado jugando y eso tuvo un poco más de peso cuando mis compañeros en el colegio se dieron cuenta que tenía cierto talento para el arte entonces me pidieron cosas. Con los años ellos empezaron a tatuarse y me decían: “Fran, vos tenés que tatuar”, diseñame esto u lo otro. Yo pensaba que era mucha responsabilidad porque soy una persona muy metódica, que no me largo a hacer algo así o porque sí, ni para mi y mucho menos para los demás. En este caso, es algo que vas a hacer a alguien y lo va a llevar el resto de su vida.

Para el mundo del tatuaje soy joven, pero tengo un montón de conocimientos solapados, de ilustración, diseño y un montón de otras cuestiones. No arranqué desde cero en el tatuaje.

Mi primer real acercamiento fue con un amigo, Lucas. Yo le decía que me preste una máquina para probar, porque aún no conocía tanto el “Hand Poke”. Él me dijo que si yo estaba decidido ese fin de semana le tatuara una “frasecita”. Lucas quería que yo diseñe la letra y lo haga a mano alzada.

Recuerdo que fue un domingo: la frase me la había pasado por texto, era bastante larga, era la letra de una canción de punk rock. Cuando llegó a casa me muestra el lugar que tenía para tatuarse: todo el pecho. Eso para mi fue una demostración de confianza en mí mismo y en mi talento. Fue la mejor forma porque sino quizás, lo seguía pateando. Como creativo hay muchas veces que no confió tanto en mí, si bien, soy consciente del talento que tengo.

La sensación fue increíble, cuando di mi primer pinchazo me olvidé de todo. Ahí dije voy a arrancar y comprame mis cosas. En paralelo ya venía viendo la técnica del “hand poke” que es algo que se lleva más con mi personalidad y mis tiempos. Me gusta confiar en mi y no tanto en las herramientas. Esta bueno que la herramienta no sea un obstáculo para uno. Mis manos, una aguja y tinta es lo único que quiero necesitar. Luego me tatué a mi mismo, a una amiga, a una chica que tiene el 95% del cuerpo tatuado. Así comenzó mi camino.

Siempre hago el ejercicio de no automatizar ni normalizar el tatuaje. Ese para mi es el peor error del humano. Hay que darle el tiempo que se merece a cada cosa.

– ¿De qué se trata el método “Hand Poke”?

Básicamente, el procedimiento es el mismo que el tradicional: pinchar la piel con una aguja embebida en tinta. Esa tinta queda en una capa superficial de la piel, como el tatuaje de máquina. Lo único es que no hay un motor que está martillando la piel constantemente, sino que ese es motor es tu mano y tu precisión. “Hand” es mano y “poke” pinchazo.

– Además de tu amigo que te inició en el tatuaje… ¿tenés referentes?

Como persona curiosa y detallista, cada vez que abro una esfera creativa nueva, me gusta investigar y descubrir la comunidad que lo rodea. Respecto al “hand poke” tengo varios referentes. Del exterior un chica rusa, su cuenta de Instagram es: @sugarangeltattoo que hace un micro-realismo impresionante, @bebe.tattoos una chica que tiene un estudio en New York y hace micro- realismo en blanco y negro.

Hay otro estilo que me gusta muchísimo que juega con lo sarcástico. Los tatuajes son super técnicos pero las ilustraciones son irónicas: @cedricderodo_tattoo. Otra cuenta es @kime.shadow, es una asiática porque hace espaldas enteras con esta técnica.

De Argentina sigo a una chica de Buenos Aires que trabaja en estudio y ahora se encuentra en Europa: @sofi.stattoo, ella es arquitecta y tiene un estilo muy colorido, hace cosas que nunca me imaginé que se podrían hacer con “hand poke”. De nuestro país también me gusta @naz.handpoked.

– ¿Cuáles son las otras ramas del arte en las que trabajas?

Siempre tuve interés por las artes visuales, plásticas, siempre fui muy hábil con las manos. Mi mamá era la más artista de la casa. Ella hacía pinturas más clásicas, restauraba muebles, etc. Por el lado de mi padre tuve mucha conexión con la fotografía. En mi casa siempre hubo muchas fotos de rollo. El cine y lo visual me impacta mucho. La música siempre estuvo presente en mi porque canto, toco la guitarra y comparto con mis amigos ese mundo.

Después del colegio me metí en la carrera de Diseño Industrial y pulí mis talentos. Ahí no sabía mucho lo que quería, pero estaba seguro que tenía que ver con algo creativo. Cuando era chiquito algo se me rompía y no pedía uno nuevo, veía como arreglarlo.

Todo es creatividad y arte en mi vida. En la cocina nunca sigo una receta, intento crear.

El diseño se llevó mi corazón en los últimos años y hasta un poquito extremo por que estoy en plena deconstrucción al decir: “soy diseñador, pero puedo estar tatuando”. Para mí, hoy en día, el tatuaje es un pilar importante.

– ¿Cuáles son los tatuajes que más recordas y por qué?

Estoy muy orgullo de uno que creé este verano. Se lo hice a una diseñadora y tuve un poco más de presión porque se que los diseñadores tenemos un ojo mucho más entrenado. Es una aguja de coser en tamaño real, con el detalle del brillo. Además, el hilo enhebrado tiene un degrade de colores. Eso técnicamente es muy difícil.

Después quiero destacar uno, que fue la primera ilustración mía que eligieron para hacerse en piel. Es un dibujo que hice cuando hice un viaje por Asia y recorrí como nuevos países. Es una vietnamita hecha en las costillas.

-¿En qué te inspirás para crear las ilustraciones que luego se convierten en tatuajes?

Yo agarro inspiración de todo. Estoy constantemente inspirándome porque mi feed de Instagram tiene muchísimo arte de todos los estilos.

Voy por la calle y soy muy detallista. Presto atención a todo. Saco fotos. Encuentro detalles.

Hago bastante arte en negro y puntillismo. Me inspiro en lo que me gusta llevar a cabo.

Como creativo es muy importante no estar prensando en el tiempo o el dinero que ganás con la obra. Para mi el tattoo es un gran ámbito de meditación y eso lo llevo al diseño y a que mis creaciones tengan cierta armonía.

– ¿En crees que fuimos avanzando como sociedad para que los tatuajes sean normalizados? ¿Crees que falta avanzar?

Creo que hoy en día ya estamos totalmente deconstruidos. En ciertos ámbitos todavía se cubren los tatuajes, pero son pocos.

Hay que tener en cuenta que toda expresión creativa tiene un tinte de antisistema y justamente el tatuaje se empezó a desarrollar en ámbitos que no eran profesionales. En lo contemporáneo el tatuaje se desarrolló también en las cárceles. Por eso hay gente que relaciona el “hand poke” con el tatuaje tumbero.

Con el ámbito que menos se lleva el tattoo es el profesional y todavía hay cierto recelo. No siento que este mal, yo no soy de juzgar. Ese ámbito guarda ciertos recaudos que tiene que ver con una homogenización del pensamiento. Tiene que ver con esa estructura.

En el momento que todos los padres estén tatuados, ya está. Casi todos los jóvenes de hoy en día tienen al menos un tatuaje.

– Como dato curioso, existe la superstición de que tener tatuajes pares es de mala suerte… ¿a qué se debe?

Yo tengo una teoría banal y vista desde el lado del tatuador. Siento que surgió como un chiste para que la gente se tatúe más porque, te haces el primer tatuaje y después siempre te dan ganas del segundo. Quizás en ese frenarías, pero no, porque necesitás un número impar sino “atraes la mala suerte”.

Pienso que fue un chiste interno de algún estudio de tatuajes, pero habría que corroborarlo.

– ¿Cómo pueden contactarte los que estén interesados en conocer tu trabajo?

Me pueden contactar por Instagram. Mis cuentas son: @cisko.pokes (tatuajes), @frankipper_id (diseños e ilustración).

Web: frankipper.pb.design