
Rocío Teruel, de Otamendi, registró su nombre en un importante momento para la Universidad Nacional de Mar del Plata: la ceremonia que reunió a los primeros 89 egresados en Medicina.

Con la presencia del intendente de General Alvarado, Sebastián Ianantuony, la joven recibió una mención especial en Investigación.
¿Por qué decidiste estudiar medicina? ¿Tuviste algún referente?
Desde muy chica tuve en mente que quería ser médica, y siempre que me preguntaban era la misma respuesta. La verdad que nunca me vi haciendo otra cosa, y hoy, después de recibida me pregunto: “¿Qué profesión ejercería si no fuera la medicina?”. Y la verdad que no encuentro otra opción.
Hace ya varios años, un familiar muy cercano estuvo en estado muy crítico de salud, yo tenía aproximadamente 12 años, y estuvimos bastante tiempo en el hospital. En esos momentos, cuando aparecía el médico o médica para dar el parte del día, una explicación o simplemente una palmada en el hombro, empecé a pensar: “algún día quiero estar en ese lugar” y estudiar para poder ayudar y contener a las personas aún en los momentos más duros, como puede ser una enfermedad. Quizás hoy, después de haber atravesado toda la carrera lo veo como algo más complejo, me gusta mucho la parte técnica de la medicina, pero nada cambia el momento que te sentás a hablar con un paciente e incluso, es la parte que más nos cuesta.
Respecto a si tuve algún referente, la realidad es que no, mis padres no alcanzaron los estudios superiores y soy la primera en mí familia en ser médica.
-¿Cuáles son los momentos de la carrera que más recordás y por qué?
Lo primero que se me viene a la mente es cuarto año, cuando empezás el ciclo clínico, y te das cuenta verdaderamente a qué viniste a estudiar medicina y de a poco le encontrás un sentido a las cosas, empezás a entender a los pacientes, sus patologías y sus formas de vida. Ahí es cuando empezás a ir al hospital. Siempre recuerdo el primer día que me puse el ambo para ir al Hospital Interzonal de Mar del Plata, con mucha adrenalina, un poquito de orgullo, miedo, ganas de aprender, hoy creo que me sigue pasando lo mismo todos los días.
Después, ya terminando mi sexto año, otro momento muy importante fue un viaje sanitario a Santa Victoria Este, un pueblo de Salta, a 20 km de la frontera con Bolivia, ahí es donde está la mayor mortalidad infantil del país, y creo que por eso con mis compañeros elegimos ese lugar, el indicador nos impactó mucho y no dudamos en ir a brindar ayuda. Fue un viaje donde me cuestione y repregunte muchas veces la forma en la que repartimos los recursos sanitarios, la manera en que ejercemos la medicina y cómo estamos fallando nosotros como profesionales. Ese momento fue un choque para mí: ver a las personas morirse de algo que no tienen que morir, sólo por nacer en ese lugar. Fue un buen cierre para nuestra carrera, sobre todo a nivel personal.
¿Qué sentiste al formar parte de la primera promoción de egresados de Medicina formados en la Universidad Nacional de Mar del Plata?
Es un gran orgullo ser parte de la primera promoción, hay un sentido de pertenencia gigante. Tanto docentes como alumnos nos conocemos todos y somos una gran familia, creo que llegamos hasta acá porque todos apostamos a esta facultad y seguimos trabajando para que siga creciendo.
Además, tuvo una repercusión gigante en Mar del Plata, la gente se acercó a vernos el día en que nos recibimos, recibimos muchísimo cariño, la verdad que fue un día histórico para la ciudad.
¿Qué destacarías de la carrera?
Creo que es para destacar nuestra pronta salida a los efectores de salud a realizar prácticas y el enfoque más humanístico a la hora de ver a un paciente. Si bien tenemos las materias generales de todas las facultades: anatomía, fisiología, embriología, clínica, cirugía, también tenemos mucha carga horaria de materias sociales que nos ayudan mejor a comprender por qué se enferma un paciente, por qué no cumple un tratamiento, y cosas, que no están en ningún libro.
¿Cuáles te parece que son los puntos a mejorar de la carrera para próximas promociones?
Un punto a mejorar, en mi opinión, son las correlatividades entre las materias, no rendir o aprobar un final de un año a otro implica no poder seguir con la materia siguiente, y muchas veces eso genera mucha frustración y demás.
¿Qué mensaje les transmitirías a los jóvenes que quieren comenzar la carrera de Medicina en la Universidad Nacional de Mar del Plata?
Mi mensaje es que se animen, es una carrera fascinante, compleja y larga, pero no por eso imposible. En el camino vamos sacrificando muchas cosas, pero cuando verdaderamente te gusta lo que haces, todo se hace más ameno.
Tener hoy una carrera de medicina, que es pública y gratuita, es una gran oportunidad para muchos de esta zona, hay que animarse e intentar, uno cuando se propone las cosas las termina logrando.
Son aproximadamente seis años, con mucha carga horaria, y después de eso la mayoría elegimos hacer residencias para ser especialistas. Cómo dije, es un camino bastante largo, e incluso hay que estar dispuesto a estudiar toda la vida.