Ayer, hoy y siempre: «No dejar las cosas como están»

Padre Hugo Segovia

En los tiempos del Concilio Vaticano II el Papa Pablo VI tuvo un encuentro con los artistas que fue muy comentado como también el hecho de que Juan Pablo II había sido parte de ese momento como joven actor en tiempo de la resistencia de Polonia contra los nazis pero también como dramaturgo y poeta. El también tuvo en vísperas del nuevo siglo un muy importante encuentro así como un inspirado mensaje a los artistas. Y también Benedicto XVI les habló sobre la mano tendida de la Iglesia en ese diálogo entre el arte y la fe.

Ahora el Papa Francisco el 23 de junio reunió en la Capilla Sixtina a 200 artistas al cumplirse 50 años de la Colección de Arte Moderno de los Museos Vaticanos en un lugar tan representativos como la Capilla Sixtina. Allí pintores, escultores, escrituras, poetas, músicos, cineastas y actores escucharon decirles: “ustedes, artistas, realizan este abrir y llevar novedad haciendo valer su originalidad y cuando el talento los asiste llevan a la luz lo inédito, enriquecen al mundo con una realidad nueva”.

Aunque parezca reiterativo es justo decir que el Papa nos sorprende en forma continua y nos introduce en un mundo que no cuesta mucho llamar “bergogliano” en el cual se dan cita la profundidad, la originalidad y la audacia. Algo así como aquello del Evangelio “lo que muchos quisieron ver y no vieron, quisieron escuchar y no escucharon”.

Sus discursos tienen un particular atractivo y merecen ser conocidos ya que arrojan luz sobre los grandes problemas del mundo actual y abren caminos de encuentro en medio de situaciones de creciente marginación y mientras crecen los postergados como en este caso él no se olvida de ellos. Aquí mismo los tiene en cuenta: “no se olviden de los pobres, también ellos necesitan del arte, de la belleza porque algunos viven formas durísimas de privación de la vida y por eso los necesitan más. Por lo general no tienen voz para hacerse oír, ustedes pueden hacerse intérpretes de su grito silencioso”

COMO LOS PROFETAS

También nosotros podemos hacernos eco de esas palabras y meditar algunas de las importantes palabras del Papa.

“Ayúdennos a entrever la luz, la belleza que salva. El arte y la fe no pueden dejar las cosas como están. Y no se olviden de los pobres que son los preferidos de Cristo”. Así los saluda el Papa y los llama a “abrir y llenar la novedad. Ustedes realizan esto haciendo valer su originalidad. Cuando los asiste el talento llevan a la luz lo inédito enriquecen al mundo con una nueva realidad”.

De allí la necesidad de “soñar nuevas versiones del mundo de los artistas. Creativos son un poco como los profetas que n o se dejan atrapar por la presente belleza artificial y superficial hoy difusa y cómplice de mecanismos económicos que generan desigualdades. Es una falsa belleza, cosmética de la que ustedes se mantienen distantes. Su arte quiere actuar como conciencia crítica de la sociedad quitándole el velo de la obviedad. Ustedes quieren mostrar lo que hace pensar, lo que desvela la realidad también sus contradicciones. Como los profetas bíblicos nos ponen delante de cosas que a veces molestan criticando los falsos mitos de hoy, los nuevos ídolos, los discursos banales, las trampas del consumismo, las astucias del poder.

Llama la atención lo que llama “nuevas versiones del mundo artístico” porque en un tono muy personal se habla de las tendencias que afean a ese mundo sin herir pero también sin ocultar.

ARTE QUE PERTURBA

Tanto el arte como la fe tienen que ser perturbadores ¡qué valiente esta afirmación! Dice el Papa: “arte y fe no pueden dejar las cosas como están, las cambian, las convierten, las mueven.

En este proceso del desorden a la armonía la entidad es el Espíritu Santo: permite hacer los mayores desórdenes para llegar a la armonía, la que se alcanza no con el equilibrio sino con el desequilibrio”.

La diferencia entre armonía y uniformidad es sumamente importante aquí las armonías de las diferencias no aniquilarlas sino armonizarles en lugar de uniformarlas y así, dice, “entendemos qué es la belleza”.

Las opiniones de los participantes en este encuentro coinciden en una entusiasta valoración de lo que llamábamos “atractivo estilo del Papa Francisco que desbarata muchas opiniones improvisadas que miran solo alguna de las múltiples facetas que influyen en la persona del obispo de Roma.

Solo recogeremos de la crónica que hacer del acta la corresponsal en Italia, argentina también, la opinión del escritor Roberto Soriano: “la posibilidad de reconocer en los artistas un camino en la lucha por la justicia, algo descontado en este momento a diferencia de 50 años atrás en los cuales un intelectual se sentía comprometido. Ahora no, es invitado a ser neutral. Francisco nos dice que la armonía y el equilibrio son cosas distintas: es toda una clase de libertad”.