
PADRE HUGO SEGOVIA
La verdad que libera
En el Prefacio de este libro (Carlos Galli, Juan G. Durán, Luis Liberti, Federico Tavelli. “La verdad los hará libres”. La Iglesia Católica en la espiral de violencia en la Argentina, 1966-1983, Planeta, Buenos Aires, 2023, 958 p. los obispos que conforman la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina Vicente Ojea (San Isidro) Marcelo Colombo (Mendoza) Carlos Azpiroz Costa (Bahía Blanca) y Alberto Bochatey (Auxiliar de La Plata) con claridad exponen vigorosamente que “nunca se avanza sin memoria, no se evoluciona sin una minoría íntegra y luminosa” y lo hacen respecto de lo sucedido en nuestro país durante la década de 1970 sin desconocer la gravedad de lo acontecido antes y después de estos años violentos.
En 2012 los obispos habían publicado una Corte diciendo que “la fe en Jesucristo nos mueve a la verdad, la justicia y la paz y nos sentimos comprometidos a promover un estudio más completo de esos acontecimientos a fin de seguir buscando la verdad en la certeza de que ella nos hará libres”
Vendría en 2013 la elección del Papa argentino y en 2016 se da a conocer el comienzo del protocolo para la consulta del material de archivos relacionados con el período que va de 1976 hasta 1983 mientras en 2017 el presidente de la Conferencia Episcopal pidió al Decano de la Facultad de Teología de la Universidad Católica, el Padre Carlos M. Galli, empezar la segunda etapa tendiente a hacer una investigación que ayude a reconstruir una memoria histórica que contribuya a la verdad. Ya en mayo de 2018 se forma la Comisión directiva con la participación de un obispo, monseñor Jorge Casaretto, que ejerza como vínculo de la misma con la Comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal.
Honesta, humilde y audaz
Como leemos en el libreo se inicia así una nueva etapa en la conciencia histórica eclesial y éste es el resultado y nos alegramos ya que habiendo muchos trabajos no como esto”.
El Padre Galli, vecino de la facultad de Teología de la U.C.A. que es también presidente de la Sociedad Argentina de Biología y que tuvo destacada actuación en la Conferencia de Aparecido así como miembro de la Comisión Teológica Internacional nos dice que este libro analiza la realidad con el rigor de la ciencia histórica iluminada por la luz de la fe. Ofrece una visión de conjunto de los procesos, incluye temas en los que se vinculan diferentes niveles de acción y análisis de la religioso y lo político desde lo imaginarios hasta las acciones y procedimientos humanos y comprendemos los hechos a partir de las fuentes sin pretender ser exhaustivos”.
Procuramos buscar y contar la verdad histórica evitando relatos ideológicos y apologías corporativas. Las dimensiones de la historia vivida nos inspiran una actitud intelectual honesta, humilde y audaz porque podemos contribuir con esta investigación a llenar vacíos historiográficos y, a la vez, no cerramos ningún capítulo sino que incentivamos nuevos estudios.
Encontramos la recepción del Vaticano II como punto de partida, así como la presencia de católicos y organizaciones afines sobre los problemas comunes y no faltan ni un glosario del cual, afirma el Padre Galli, se trata de todo un diccionario. Esto en lo que hace al primer tomo y a la espera de la publicación de los otros dos.
A la luz de la fé
Confieso la sorpresa y la alegría que experimentó al conocer este volumen que yo había encargado, al saber que Planeta lo había editado, pues es abundante la cantidad de estudios, la mayoría de autores responsables y frente a las 158 páginas de “La verdad los hace libres” y a la tarea colegial de sus cuatro responsables.
Y, más allá de la presentación que hago del libro, quiero dejar mi testimonio no solo como quien comenzó su vida sacerdotal acunado por el Concilio (en 1961 ordenado y estudiando en Roma durante los primeros dos años del Concilio, después en 1964 ya en la Curia de Bahía Blanca durante 10 años) sino también como implicado en momentos importantes de esos años que el libro detalla correctamente.
Es un sentimiento en que conviven la aclamación con la alegría que debo agradecer de corazón a todos quienes han sido promotores y realizadores de esta obra que no es exagerando calificar de monumental.
Como leemos allí: la luz de la fe que se hace teología no debilita sino que respeta y potencia la agudeza crítica de la racionalidad histórica.
No teniendo palabras adecuadas para el agradecimiento solo dejo lo que me escribí, hace muchos años, el arzobispo de Bahía Blanca monseñor Mayer: “me emocionaste con tu carta.
Te agradezco todo lo que decís, pasamos tiempo muy difíciles, hubo tensiones, falta de comunicación, etc.
Sufrimos los dos y otros muchos, de uno y de otro lado.
Como lo hiciste vos yo también te pido disculpas por todos los sufrimientos que te causé.
Hay que llevar todo con visión pascual, muerte y resurrección.
Algún día solo había amor”.