Un clásico de Miramar

En reiteradas veces hemos informado acerca del pésimo estado en que se encuentra la vereda ubicada en Av. 23 entre 20 y 24, como así son reiteradas las quejas de los transeúntes.

A pesar de los intentos de mejoras en la ciudad, las malas condiciones de las veredas sigue siendo una constante. No solo la cuestión estética es la principal causa de los reclamos sino la preocupación de accesibilidad urbana donde las deficiencias en las aceras afectan sobre todo a las personas que caminan llevando carritos de bebés o a los que requieren alguna ayuda para su desplazamiento.

Lo que es importante destacar es, no sólo el valor arquitectónico que tiene la vista de tener una ciudad prolija, sino los peligros que conlleva cuando la vereda está en mal estado. Hay mujeres embarazadas, personas que se desplazan en sillas de ruedas, personas mayores, que en muchos casos tienen que bajar a la calle para poder transitar.

El mal estado de las veredas, sobre todo en el centro de nuestra ciudad, afecta tanto a nivel estético como a la seguridad, ya que cualquier persona, pero fundamentalmente niños y ancianos, quedan expuestos a sufrir tropiezos y caídas.

El mantenimiento de las veredas corre por cuenta del frentista, pero es la Municipalidad quien debe velar por que las ordenanzas se cumplan. ¿Quién se hace cargo del arreglo de las veredas?.